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Les Palmeres d’Aigüesverds, un proyecto pionero en el ámbito de primera residencia asociado al golf

En pleno corazón de la Costa Dorada, la urbanización de Tarragona que desarrolló Arum Group fue uno de los primeros proyectos urbanísticos de éxito que ayudaron a descentralizar y bajar la densidad de población de la ciudad de Reus, y continúa hoy día su expansión.

Les Palmeres d’Aigüesverds

El actual Gaudí Reus Golf Club, con sus 18 hoyos (par 71) y diez lagos, fundido con un entorno mediterráneo de olivos y pinos, fue el centro del proyecto residencial Les Palmeres d’ Aigüesverds que desarrolló Arum Group en plena Costa Dorada entre 1996 y 2010. Una urbanización que se proyectó inicialmente con 450 unidades residenciales de alto standing enfocadas al público familiar y que en la actualidad continúa creciendo tras dar luz verde el Ayuntamiento de Reus al Plan Parcial urbanístico del sector H.9 “Aigüesverds II”, que permite la construcción de hasta 299 nuevas viviendas. 

Arum Group ideó a partir de 1996, solo 6 años después de que se inaugurara el campo de golf, la estrategia operativa que sirvió de base a largo plazo para la planificación del que sigue siendo uno de los destinos de golf más populares de Tarragona.

La compañía, que adquirió 100.000 m2 en el año 1996, supervisó hasta el 2010 la construcción, financiación y los gastos derivados del desarrollo residencial de la urbanización, así como de todas sus instalaciones deportivas y recreativas, con una inversión que rondó los 40 millones de euros.

Según confirma, Manuel López, que ocupó durante una década el cargo de director técnico de Med Group, empresa que arrancó el proyecto y que evolucionó hasta la actual Arum Group: “tuvimos claro desde el primer momento que nuestro comprador era un inversor local y de primera residencia, con lo que la creación artificial de esta urbanización de alto standing supuso también la primera intervención de descentralización de la ciudad hacia su extrarradio”.

La concentración en Reus no ha cambiado tanto. 20 años después, de los 106.741 habitantes con los que cuenta actualmente, un 32% se reparte en cinco barrios urbanos, que congregan un tercio de la población de la capital del Baix Camp. En este sentido, Aigüesverds fue una de las primeras zonas residenciales que se atrevió a hacer una oferta en los aledaños de la ciudad, atrayendo al comprador con una extensa oferta de ocio que ayudó a generar un estilo de vida atractivo y diferencial a tan solo tres kilómetros de la ciudad de Reus, un esquema que siguieron luego otros promotores que copiaron su know-how.

Fue Arum, además, quien bautizó a la urbanización con el nombre Les Palmeres. “Algo que nos enorgullece especialmente de este proyecto es el trabajo que hizo el arquitecto paisajista Paul Mellor, integrando en un entorno de máxima naturaleza el campo de golf y las viviendas. Para ello los arquitectos encargados del proyecto, Agusti Gomez Rahola y Jordi Ferre, planificaron toda la urbanización con zonas ajardinadas, zonas verdes, zonas de dotaciones, zonas peatonales, zonas deportivas, y, por supuesto, áreas residenciales, con muestras de esta vegetación exuberante, con cientos de palmeras”, asegura Manolo López.

Una estrategia orientada a la primera residencia

Como comunidad centrada en el golf, Aigüesverds necesitaba un enfoque estratégico exclusivo para cada unidad de negocio. Esto no se restringía a las ventas inmobiliarias, sino también al campo de golf, el centro de entrenamiento, el pitch & putt, la tienda profesional, la academia de golf, la Casa Club, el restaurante y los diversos establecimientos de restauración, así como otros complejos deportivos.

El enfoque inmobiliario pasó por ofrecer diferentes tipologías de propiedades, de las que también se encargaron Agusti Gomez Rahola y Jordi Ferre. Para ellos, la arquitectura se sustentaba en la integración con el paisaje, dando a cada residencia una sensación de amplitud y reposo y adelantándose a los nuevos cánones de sostenibilidad en la construcción. De hecho, fue muy relevante en la época la construcción de una planta de depuración propia que permitió el aprovechamiento de aguas residuales tratadas para el propio riego del campo de golf.

“Así que tuvimos una oferta inmobiliaria muy amplia, con un rango de precios diferenciado que iba desde apartamentos que hoy se cotizan a partir de los 300.000 euros, a villas de lujo que pueden alcanzar los dos o tres millones de euros. El reto que planteaba Aigüesverds era lograr que los propietarios, en su mayoría nacionales, se sintieran como si estuvieran de vacaciones sin dejar de lado sus necesidades como residentes, con una amplia oferta de servicios y un control estricto de seguridad en todo el complejo”, subraya López, que hoy dirige la división inmobiliaria de La Manga Club, en Murcia, para Arum Group.

El centro neurálgico: el campo de golf

El campo de golf, construido en 1990 y con un recorrido de 6.314 metros, los mismos que el legendario campo de Augusta, fue el centro neurálgico de este barrio residencial, cuyos habitantes eran jugadores o comenzaban a practicar golf. Es por su trazado, sin grandes desniveles, un campo cómodo y agradable para la práctica del golf, que supuso un imán para empresarios e industriales, de alto poder adquisitivo, siendo hoy en día una de las zonas en las que viven mayor número de personas de mediana edad con formación superior, según un reciente estudio sobre escolaridad del Ayuntamiento de Reus.

“En Med Group nos encargamos del diseño y la gestión de servicios, entre ellos la propia seguridad, porque era uno de los puntos que más preocupaban a nuestros clientes, asegurándonos de que se mantuviera la sensación de libertad pese a la existencia de puntos de control que garantizaban su protección y la de sus propiedades”, subraya Manuel López.

“Instalamos también en su momento sistemas de domótica y sistemas de alarmas sanitarias. Todo esto era más una tendencia americana que nacional, pero nos gustó y supimos adaptarlo en nuestras viviendas”, asegura el directivo de Arum Group, que agrega“ teníamos un comprador que venía del centro de la ciudad y quería sentirse mimado, protegido, usuario de la tecnología del momento, definitivamente quería un modo de vida algo diferente que logró en Aigüesverds”.